domingo, 23 de marzo de 2008

Alimentación para la energía y el buen humor

La alimentación es, desde tiempos inmemoriales, una fuente de energía y de supervivencia pero también puede tener otras finalidades.

Según el libro escrito por la nutricionista Susan Kleiner “The good moon diet” (La dieta del buen humor), con el consumo de tres porciones de productos lácteos al día se proporcionan al cerebro el combustible necesario para mantenernos despiertos y centrados.

Según Kleiner, los productos lácteos son ricos en el aminoácido triptófano que incrementa los niveles de serotonina, un neurotransmisor que regula el estado de ánimo. Para las personas que tiene que soportar estrés y sufren de dolores de cabeza, Kleiner recomienda además el aporte de un pequeño puñado de frutos secos al día. Por lo general, los frutos secos suelen ser ricos en magnesio, que se sabe reduce los dolores de cabeza y son un buen calmante para el estrés.

Si se sufren bajones de energía al mediodía, hay que probar con alimentos vegetales ricos en fibra.

El humor depende, entre otros factores, de elementos extraños y difíciles de controlar. Con sólo levantarnos después de una mala noche, por haber dormido poco o por los excesos del día anterior o que el cielo matinal sea gris y oprimente para que ese día tenga peleas un día de “perros” en la oficina, riñas familiares o enfrentamientos con nuestra pareja.

El estado de ánimo, negativo o positivo, está condicionado por factores ambientales exógenos o mentales muy interiorizados pero, fundamentalmente, es nuestro cerebro el que activa los estados de humor.

Los estados de infelicidad o, su contrapuesto, de euforia, dependen también de la activación de sustancias químicas, fundamentalmente de dos tipos: excitantes e inhibidoras.

Entre las principales partículas excitantes están la adrenalina, la noradrenalina y serotonina; en cambio, la dopamina y la feniletilamina son de tipo inhibidor y pueden influir negativamente en la percepción de la vida.

Por ejemplo, los dulces, esas cosas que tanto engordan, tienen un efecto positivo sobre el humor debido a que los azúcares, en contacto con la lengua, estimulan el cerebro a dejar paso a sustancias endorfinas que, entrando en el organismo, producen una sensación de bienestar difuso. Además, el chocolate en pequeñas dosis provoca la ingesta de feniletilamina, que devuelve euforia y buen humor.

Curiosamente, la feniletilamina es la causante de que sintamos la “chispa” durante el enamoramiento; esta realidad científica, curiosamente, no tiene una explicación científica: los efectos de la feniletilamina es una particularidad que aún se está estudiando.

En un reciente estudio médico, se comprobó que el ejercicio físico intenso desarrolla grandes cantidades de esta sustancia, escasamente presente en las personas deprimidas. Todos estos datos confirman que la feniletilamina produce efecto antidepresivos y normalizadores del humor.

Los alimentos, por tanto, puede también ayudar a combatir el malhumor, la melancolía, la irritabilidad. Tener poca serotonina –que se encuentra en alimentos como la calabaza, patata, lácteos, plátanos, cereales integrales- podrían causar altibajos de humor, dificultad para dormir.

Esta sustancia tiene un efecto relajante que, de noche, favorece el sueño al transformarse en melatonina.

La noradrenalina, contenida en la carne roja, espinacas, piña y muy similar a la adrenalina, induce a comportamientos muy activos, alejando la depresión y estimulando la energía.

Como resumen, cito los nueve alimentos que mejoran nuestro humor:

Leche: Los productos lácteos contienen proteína del suero, que pueden reducir respuestas físicas a la tensión, mejorar humor y realzar la memoria. Si la leche trastorna tu sistema digestivo, hay que procurar no beber demasiada. Una opción es probar con la leche desnatada.

Pescados aceitosos: Estamos hablando de salmones, de la caballa y de las sardinas. Estos pescados son ricos en ácidos grasos omega-3, y los estudios han establecido una conexión entre los niveles bajos de omega-3 y la depresión.

Fresas: Las fresas contienen fibra soluble, que ayudan a retardar el proceso de la digestión, que puede, alternadamente, mantener niveles de la sangre en azúcar estables y para ayudarte a sentirse menos irritable.

Espinacas: La espinaca es una gran fuente del ácido fólico y vitamina también conocida como folate. Los estudios clínicos han ligado una deficiencia del ácido fólico a la depresión, en parte porque poco ácido fólico conduce a los niveles inferiores del serotonina en el cerebro, que puede ayudar para estabilizar humor. Otros alimentos que contienen ácido fólico incluyen las semillas de girasol, las hojas verdes, el brócoli, el germen del trigo, la harina de avena, los guisantes, las lentejas, las sojas y la mostaza.

Patatas dulces: Tomar carbohidratos alza los niveles del serotonina.

Nueces de Brasil: Una nuez de Brasil te dará todo el selenio que necesitas para elevar tu humor. Otras fuentes adicionales de selenio son atún, cereales integrales y pez espada.

Yogur con poca grasa: El yogur es una buena fuente de la proteína, que puede ayudar a sostener el buen humor retrasando la absorción de carbohidratos en la circulación sanguínea. Otras fuentes de proteína son la carne, los huevos y el queso.

Cafeína: No es un alimento, pero en cantidades moderadas realza el funcionamiento físico y mental. Recuerde que beber demasiada puede alterar los nervios o dar dolor de cabeza. Se sugiere tomar una o dos tazas de café o té y, sobre todo, antes de almorzar.

Requesón: Es una fuente rica de la vitamina B12. Como el ácido fólico, los niveles disminuidos de B12 se han ligado a la depresión. Se puede conseguir el B12 en almejas y ostras.

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